-No des a la enseñanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza.
-¿Por qué?
-Porque no hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. El alma no conserva ningún conocimiento que haya entrado en ella por la fuerza.
-Cierto.
-No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo, para instruir a los niños; que se eduquen jugando, y así podrás también conocer mejor para qué está dotado cada uno de ellos.
(Platón)

domingo, 13 de diciembre de 2009

Epicuro, el placer de no sufrir

Parece que fue una persona amable, tranquila, poco arrogante. Él y sus amigos charlaban de filosofía en un jardín, por eso se les conoce como la escuela del Jardín, el Jardín de Epicuro.
A las personas honestas y descreídas como él, las autoridades, sobre todo las religiosas, les han perseguido siempre, como una gran amenaza. Casi todas sus obras se perdieron (curiosamente, el mejor resto de sus palabras se encontró en el Vaticano). ‘Epicúreo’ era, para la Iglesia medieval (y, posiblemente también, para la actual), un insulto. Bajo acusación de epicúreo era uno quemado vivo. ¿Por qué son tan peligrosos los epicúreos?

Sobre la realidad

Epicuro es materialista. Sobre dioses e ideas inmateriales, dice Epicuro, no podemos saber nada. Así que, para nosotros, es como si no existiesen. La realidad es lo que puede comprobarse a partir de nuestras sensaciones. Dice:

“La investigación sobre la naturaleza no debe realizarse según axiomas y legislaciones vanas, sino de acuerdo con los hechos. Hemos de preferir el método de las múltiples explicaciones basadas en los fenómenos, y admitiendo las que guarden verosimilitud. Si se rehúsa algo que está de acuerdo con la experiencia, entonces es evidente que hemos abandonado los límites de la ciencia de la naturaleza y hemos caído en la mitología”. [Epicuro. Carta a Pitocles]

La mejor explicación física, cree Epicuro, es la de que todo está compuesto de átomos y vacío.

“El universo ha sido siempre tal como ahora es, y siempre será igual, puesto que nada hay en que pueda transformarse, ya que más allá del universo no existe nada.
Es así mismo verdad que el universo está compuesto de cuerpos y de vacío. De la existencia de los cuerpos nos da testimonio la sensación. Si no existiera vacío, y espacio, y sustancia intangible, los cuerpos no tendrían ni dónde existir ni por donde moverse. De los cuerpos, unos son compuestos, y los otros, los elementos a partir de los cuales los compuestos se han formado. Estos elementos son indivisibles e inmutables, ya que su naturaleza es compacta. Además las partes indivisibles tienen una cantidad inconcebible de formas distintas. De cada una de estas formas existe una cantidad de átomos absolutamente infinita, pero en cuanto a sus diferencias son sólo innumerables. Los átomos tienen un movimiento continuo siempre. Igualmente hemos de tener en cuenta que los átomos no retienen ninguna cualidad de los objetos sensibles excepto la forma, el peso y el tamaño. Además, es necesario que los átomos que se mueven en el vacío sin que nada les intercepten tengan velocidades iguales, porque los cuerpos pesados no se moverán más rápidamente que los pequeños y ligeros si encuentran un camino apropiado y sin obstáculos”.


Los que estudiáis ciencias ¿reconocéis aquí algunas teorías muy modernas?

Sobre la felicidad

Pero ¿puede un materialista, que no sabe nada de dioses ni de almas inmortales, llevar una vida plena y feliz? Claro que sí. La naturaleza nos ha dado una buena guía para la vida: el placer y el dolor (a esto, como sabéis, se le llama Hedonismo). Pero hay que buscar el placer con inteligencia, porque muchos placeres conllevan grandes dolores. Por eso es mejor limitarse a satisfacer los deseos necesarios y menos cargados de riesgos dolorosos. Al fin y al cabo, la mayoría de los placeres consisten en anular el dolor que provoca la necesidad. Así resulta que el hedonista inteligente, según Epicuro, buscará la tranquilidad y la falta de necesidades (¡qué coincidencia, como los estoicos!).

Mucha gente se representa a los epicúreos haciendo grandes orgías, hasta las cejas de vino, etc. La verdad es que se pasaban el rato charlando de filosofía.

“De los deseos, unos son necesarios, los otros vanos, y entre los naturales hay algunos que son necesarios, y otros tan solo naturales. De los necesarios unos son indispensables para conseguir la felicidad otros para el bienestar del cuerpo, otros para la propia vida. De modo que si los conocemos bien sabremos relacionar cada elección o cada negativa con la salud del cuerpo o con la tranquilidad del alma, para no sufrir ni sentir turbación. Tan pronto como lo alcanzamos, ya no le queda al alma nada que desear. Pues el placer lo necesitamos cuando su ausencia nos causa dolor, pero cuando no experimentamos dolor también necesitamos placer.
Por este motivo no elegimos todos los placeres, sino que, en ocasiones, renunciamos a muchos cuando de ellos se sigue un trastorno aún mayor. Y muchos dolores los consideramos preferibles a los placeres si obtenemos un mayor placer por su causa”.

La autarquía la tenemos por un gran bien, no porque debamos siempre conformarnos con poco sino para que, si no tenemos mucho, con esto poco nos baste, pues estamos convencidos de que de la abundancia gozan con mayor dulzura aquellos que mínimamente la necesitan, y que todo lo que la naturaleza reclama es fácil de obtener, y difícil lo que representa un capricho.
Cuando decimos que el placer es la única finalidad no nos referimos a los placeres de los disolutos y crápulas, como afirman algunos, sino al hecho de no sentir dolor en el cuerpo ni turbación en el alma.
[Epicuro. Carta a Meneceo. Extractos.]

El miedo de los miedos
Una de las cosas que más preocupan y atemorizan a los humanos es la Muerte. Todos vamos a morir. ¿Puede la vida ser feliz con ese destino a cuestas, esa espada colgando sobre nosotros? Epicuro cree que sí, sin necesidad de inventarse el mito de la inmortalidad del alma, que no es más que un consuelo que nos creemos por puro miedo, sin argumentos. El remedio contra la muerte es no pensar en ella, porque así no existe:

“Acostúmbrate a pensar que la muerte para nosotros no es nada, porque todo el bien y todo el mal residen en las sensaciones y precisamente la muerte consiste en estar privado de sensación. Por tanto, la recta convicción de que la muerte no es nada para nosotros nos hace agradable la mortalidad de la vida, no porque le añada un tiempo indefinido sino porque nos priva de un afán desmesurado de inmortalidad. Nada hay que cause temor en la vida para quien está convencido de que el no vivir no guarda tampoco nada temible. El peor de los males, la muerte, no significa nada para nosotros porque mientras vivimos no existe, y cuando está presente nosotros no existimos. Así pues la muerte no es real ni para los vivos ni para los muertos.
Quevedo expresó a menudo eso de que no es más rico el que más tiene...

Mejor me sabe en un cantón la sopa,
Y el tinto con la mosca y la zurrapa,
Que al rico que se engulle todo el mapa,
Muchos años de vino en ancha copa.

Bendita fue de Dios la poca ropa,
Que no carga los hombros y los tapa;
Más quiero menos sastre que más capa:
Que hay ladrones de seda, no de estopa.

Llenar, no enriquecer, quiero la tripa;
Lo caro trueco a lo que bien me sepa:
Somos Píramo y Tisbe yo y mi pipa.

Más descansa quien mira que quien trepa;
Regüeldo yo cuando el dichoso hipa,
Él asido a Fortuna, yo a mi cepa.

¿s el placer la medida de lo bueno? ¿Es aceptable con tal de que esté garantizada la máxima tranquilidad y el máximo placer?
¿Te parece buena la solución de Epicuro al problema de la muerte?


3 comentarios:

  1. Juanantonio ¿me puedes explicar una cosa?
    ¿que se ignifica esta frase?
    "Si se rehúsa algo que está de acuerdo con la experiencia, entonces es evidente que hemos abandonado los límites de la ciencia"


    Hombre la solución que da Epicuro al problema de la muerte, esta muy bien, (aunque yo ya lo había pensado) pero de todas fomas, no se me ha quitado el miedo. Porque lo que Epicuro dice, es que no hay que tenerle miedo a la muerte en si misma, que no es nada malo, pero a lo que se tiene miedo es justamente a eso mismo, a que despues de que la muerte llege a nuestras vidad, no hay nada malo, per tampoco hay nada bueno. No hay nada, eso es lo que da miedo.

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  2. Lo que quiere decir la frase es que, si por mantener nuestras ideas preconcebidas, negamos hasta lo que vemos... vamos mal. Epicuro puede estar pensando en Platón o Parménides, que niegan el mundo que vemos.

    Lo que dices de la muerte es cierto. ¿Cómo puede aceptarse que seamos NADA durante un tiempo infinito, y sólo duremos unos días? Cualquier numero se convierte en nada al compararse con el infinito.
    No podemos aceptar que desaparezcamos, completamente. ¿A dónde van los muertos?

    ¿Es solución vivir en el presente? ¿Cómo?

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  3. no se las respuestas, a esas ultimas preguntas, pero si te puedo decir, que aunque sea solución o no, tenemos que vivir en el presente, porque no sabemos lo que va a venir.

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