El conocimiento que tenemos normalmente de las cosas no es más que OPINIÓN (doxa, en griego), ni siquiera se debería llamar conocimiento. No es saber, sino simple creer. ¿Por qué?
Así que las imágenes son secundarias. Quien sólo conoce con la imaginación (y la sensación es un tipo de imaginación), no conoce realmente. Toda imagen es APARIENCIA.
Para Platón esto no es todavía un conocimiento puro y auténtico, que llegue a la esencia de las cosas. ¿Por qué? Pues precisamente porque su punto de partida son supuestos que no podemos explicar.
O sea, que
Todo esto lo expresa Platón en el SÍMIL DE LA LÍNEA, en que distingue cuatro grados de conocimiento, dos de ellos del campo de la OPINIÓN (la imagen –eikasía- y la creencia –pistis-) y dos del campo de la RAZÓN O SABER (el razonamiento –diánoia- y la comprensión pura –nóesis-).
¿Crees que hay o puede haber un conocimiento superior a la ciencia (como el que describe Platón) o que eso no es más que una ilusión de un filósofo?
Porque consiste en una serie de imágenes (“provenientes” de la sensación), y:
-Ninguna imagen expresa o representa adecuadamente sus verdaderas características. Por ejemplo, una imagen de lo Rojo no es rojo puro, una imagen de la unidad no es lo Uno, una imagen mía no soy YO, una imagen de lo bueno no es lo Bueno mismo.
-Ninguna imagen expresa o representa adecuadamente sus verdaderas características. Por ejemplo, una imagen de lo Rojo no es rojo puro, una imagen de la unidad no es lo Uno, una imagen mía no soy YO, una imagen de lo bueno no es lo Bueno mismo.
-Las verdaderas esencias no pueden darse en grados, ni pueden existir en un momento y dejar de existir en otro.
Y, sin embargo, sin esas Ideas (Rojo, Uno, Humano, Bien…) no se pueden entender siquiera las imágenes.
Y, sin embargo, sin esas Ideas (Rojo, Uno, Humano, Bien…) no se pueden entender siquiera las imágenes.
Así que las imágenes son secundarias. Quien sólo conoce con la imaginación (y la sensación es un tipo de imaginación), no conoce realmente. Toda imagen es APARIENCIA.
No son sólo imágenes o apariencias las que vemos por ilusión óptica o reflejo (como las de los espejos, a las que Platón llama eikasía) sino todo lo que creemos que es realidad, porque no es más que simple creencia (pistis, en griego).
Pero ¿cómo es, entonces, el auténtico SABER (episteme, en griego), el verdadero conocimiento? El verdadero conocimiento es RACIONAL, no sensible. Lo racional tiene todas las características que tiene que tener lo real, o sea, ser de forma pura (no mezclada o borrosa) lo que es. La esencia de cada cosa es lo que realmente es esa cosa, no lo que parece. Mi esencia soy YO.
Pero dentro del conocimiento racional Platón distingue dos tipos posibles:
Pero ¿cómo es, entonces, el auténtico SABER (episteme, en griego), el verdadero conocimiento? El verdadero conocimiento es RACIONAL, no sensible. Lo racional tiene todas las características que tiene que tener lo real, o sea, ser de forma pura (no mezclada o borrosa) lo que es. La esencia de cada cosa es lo que realmente es esa cosa, no lo que parece. Mi esencia soy YO.
Pero dentro del conocimiento racional Platón distingue dos tipos posibles:
Por ejemplo, yo supongo que sé lo que es un Punto, una superficie y cosas así y puedo desarrollar toda la GEOMETRÍA, definiendo los conceptos más complejos a partir de esos simples que he dado por supuestos. Otro ejemplo: supongo que sé lo que es el Espacio, el Tiempo, y cosas así, y puedo desarrollar toda la FÍSICA MECÁNICA, al menos a nivel abstracto (luego tendría que comprobar que funciona al aplicarla a los hechos que percibo). O sea, la Diánoia es lo que hoy llamamos CIENCIA. En época de Platón a este tipo de conocimiento se le llamaba MATEMÁTICA.
Para Platón esto no es todavía un conocimiento puro y auténtico, que llegue a la esencia de las cosas. ¿Por qué? Pues precisamente porque su punto de partida son supuestos que no podemos explicar.
Por ejemplo, qué es un Punto, qué es Espacio, qué es Tiempo. ¿De dónde los hemos sacado? De la Imaginación y la sensibilidad, es decir, de ese conocimiento inadecuado que tenemos, del que no podemos dar cuenta correctamente.
-El conocimiento perfecto (que Platón llama nóesis, en griego) tendría que poder comprenderlo todo perfectamente. Para eso no puede fiarse de ninguna creencia que hayamos sacado de la imaginación. Puede partir de los mismos supuestos que la ciencia, pero en vez de darlos por sabidos y ponerse a deducir cosas desde ellos (yendo “hacia abajo”) debe preguntarse qué son.
-El conocimiento perfecto (que Platón llama nóesis, en griego) tendría que poder comprenderlo todo perfectamente. Para eso no puede fiarse de ninguna creencia que hayamos sacado de la imaginación. Puede partir de los mismos supuestos que la ciencia, pero en vez de darlos por sabidos y ponerse a deducir cosas desde ellos (yendo “hacia abajo”) debe preguntarse qué son.
O sea, que
-mientras el científico dice “supongamos conocidos los siguientes términos: Unidad, Suma, Igualdad…, entonces podemos definir el Dos como Igual a la Suma de Uno más Uno, etc”,
-en cambio el Dialéctico o Filósofo dirá: “¿Qué es la Unidad? ¿Qué es la Sumabilidad (Sumar)? ¿Qué es la Igualdad?”. Y seguirá el camino “hacia arriba”, buscando cada vez Ideas más universales y fundamentales a partir de las cuales definirlo todo.
-en cambio el Dialéctico o Filósofo dirá: “¿Qué es la Unidad? ¿Qué es la Sumabilidad (Sumar)? ¿Qué es la Igualdad?”. Y seguirá el camino “hacia arriba”, buscando cada vez Ideas más universales y fundamentales a partir de las cuales definirlo todo.
¿Hasta dónde se remontará? Hasta que llegue a la Idea (o Ideas) que sea(n) tan evidente(s) por sí misma(s) y tan indefinibles por las demás, que no se pueda ir más allá. Esto será lo No-Hipotético (anhypotheton, en griego). Como sabemos, esa Idea es la de lo UNO-BIEN en sí.
¿Cómo captamos esas Ideas o esencias puras? No puede ser (ya lo sabemos) ni mediante la imaginación (ninguna imagen se corresponde con la Idea) ni siquiera mediante el razonamiento científico. Tiene que ser por una especie de INTUICIÓN INTELECTUAL, que “ve” racionalmente lo que una cosa es en sí misma.
Todo esto lo expresa Platón en el SÍMIL DE LA LÍNEA, en que distingue cuatro grados de conocimiento, dos de ellos del campo de la OPINIÓN (la imagen –eikasía- y la creencia –pistis-) y dos del campo de la RAZÓN O SABER (el razonamiento –diánoia- y la comprensión pura –nóesis-).
¿Crees que hay o puede haber un conocimiento superior a la ciencia (como el que describe Platón) o que eso no es más que una ilusión de un filósofo?
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