-No des a la enseñanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza.
-¿Por qué?
-Porque no hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. El alma no conserva ningún conocimiento que haya entrado en ella por la fuerza.
-Cierto.
-No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo, para instruir a los niños; que se eduquen jugando, y así podrás también conocer mejor para qué está dotado cada uno de ellos.
(Platón)

martes, 20 de julio de 2010

Una vida de búsqueda (Wittgenstein II)

Wittgenstein solía escribir sus pensamientos en forma de notas breves, en cuadernos u hojas sueltas. Os copio algunas de sus anotaciones más filosófico-personales:

Apresar profundamente la dificultad es lo difícil. Pues al apresarla superficialmente, sigue siendo la misma dificultad que era. Hay que arrancarla de raíz, y esto quiere decir que debe empezarse una manera nueva de pensar sobre estas cosas. Los problemas vitales son insolubles en la superficie, sólo se pueden solucionar en la profundidad. En las dimensiones de la superficie son insolubles.


Cada una de las frases que escribo se refiere al todo, por tanto son siempre lo mismo y, por así decirlo, sólo son aspectos de un objeto visto desde distintos ángulos.


Me es indiferente que el científico occidental típico me comprenda o me valore, ya que no comprende el espíritu con el que escribo. Nuestra civilización se caracteriza por la palabra “progreso”. Y aun la claridad está al servicio de ese fin; no es el fin en sí. Para mí, por el contrario, la claridad, la trasparencia, es un fin en sí. No me interesa levantar una construcción, sino tener ante mí, transparentes, las bases de las construcciones posibles.

El trabajo filosófico –como en muchos aspectos sucede en la arquitectura- consiste, fundamentalmente, en trabajar sobre uno mismo. En la propia comprensión. En la manera de ver las cosas (y en lo que uno exige de ellas).


¡Qué difícil es para mí ver lo que tengo ante los ojos!

La alegría por mis pensamientos es la alegría por mi propia y extraña vida. ¿Es alegría vital?





La mirada humana tiene la capacidad de hacer las cosas más valiosas. Ciertamente, también se vuelven más caras.

Deja hablar sólo a la Naturaleza y reconoce por encima de la Naturaleza únicamente algo mayor, pero no lo que los otros pudieran pensar.


Lo inefable (aquello que me parece misterioso y que no me atrevo a expresar) proporciona quizás el trasfondo sobre el cual adquiere significado lo que yo pudiera expresar.

Cuando algo es bueno, también es divino. Extrañamente así se resume mi ética.

Lo que es bonito no puede ser bello.


Debe desmontarse el edificio de tu orgullo. Y es una enorme tarea.

La solución a los problemas que ves en tu vida es vivir de tal forma que desaparezca lo problemático. Decir que la vida es problemática es decir que tu vida no se ajusta a la forma de la vida.

Estoy sentado sobre la vida como el mal jinete sobre el caballo. Debo agradecer a la bondad del animal el no ser derribado ahora mismo.


Un hombre está preso en una habitación que no tiene llave y cuya puerta se abre hacia dentro, si no se le ocurre tirar de ella en vez de empujarla.

En otras épocas, los hombres ingresaban en monasterios. ¿Se trataba de hombres tontos y embotados? Bien, si tales personas emplearon tales medios para seguir viviendo ¡el problema no puede ser fácil!






La forma en que empleas la palabra ‘Dios’ no muestra en quién piensas, sino lo que piensas.


Opino que el cristianismo dice, entre otras cosas, que todas las doctrinas no sirven de nada. Debe cambiarse la vida. (o la dirección de la vida). Que toda la sabiduría es fría y que con ella es tan difícil ordenar la vida como forjar hierro frío.


La religión cristiana es sólo para aquel que necesita una ayuda infinita, es decir, para quien siente una angustia infinita.

No puede haber un grito de angustia mayor que el de un hombre.

(Textos extraídos del libro L. Wittgenstein, Aforismos. Espasa calpe)