-No des a la enseñanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza.
-¿Por qué?
-Porque no hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. El alma no conserva ningún conocimiento que haya entrado en ella por la fuerza.
-Cierto.
-No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo, para instruir a los niños; que se eduquen jugando, y así podrás también conocer mejor para qué está dotado cada uno de ellos.
(Platón)

lunes, 26 de septiembre de 2011

Pitágoras y los pitagóricos

Pitágoras fundó una escuela en que había dos tipos de alumnos. Unos, los recién llegados, eran oyentes, sólo podían escuchar a discípulos del maestro, nunca a Pitágoras, y no tenían derecho a hacer preguntas. Aprendían sentencias útiles y les daban fe por venir de Pitágoras, sin recibir demostración alguna.
Los que, entre aquellos, demostraban más aptitudes para la filosofía, se convertían en “matemáticos”, discípulos directos, que escuchaban al mismísimo Pitágoras y podían hacerle preguntas y recibir razones.
Estos últimos aceptaban a la vez unas costumbres y formas de vida establecidas por Pitágoras. Entre ellas, no comer carne (o sea, eran vegetarianos), porque creían que todos los seres se pueden reencarnar en otra especie. Dedicaban su vida a intentar hacerse sabios y perfectos mediante el conocimiento.
Hoy tal vez diríamos que formaban una especie de secta filosófica o monasterio.

Por todo eso las enseñanzas de la escuela eran bastante secretas (herméticas), y es difícil saber qué creía el propio Pitágoras, quien, además, parece que no dejó ningún libro escrito.

La principal enseñanza que se le atribuía era que

la esencia de todas las cosas es Número.

Eso podría entenderse como que todo lo que vemos (o creemos ver), las cualidades tales como colores, sonidos, olores, y demás, son sólo apariencias, es decir, la forma en que se nos aparecen (por ignorancia nuestra) las cosas, que en sí mismas son de naturaleza cuantitativa, abstracta.Dice la anécdota que esta teoría se le ocurrió a Pitágoras un día que oyó golpear varios hierros a un herrero y advirtió que los sonidos musicales (los de la escala) se corresponden con medidas matemáticas muy simples (1/2, 2/3, 3/4…)

La Ciencia moderna, que empezó con Galileo y compañía, busca la matematización de toda la naturaleza. Según Galileo, los números son el lenguaje en que está escrito el libro de la Naturaleza. Aunque los pitagóricos le daban también un sentido sagrado y metafísico a los números.

Ahora bien, existe una gran discusión filosófica: ¿Puede todo reducirse a número?

Algunos filósofos (y científicos que se ponen a filosofar), creen que sí. Entre los científicos modernos cabe mencionar al gran físico Heisenberg.
Otros, como Aristóteles, piensan, en cambio, que siempre habrá algo irreducible a número o a nociones geométricas, porque es imposible lógicamente, creen, explicar el movimiento y el cambio (el tiempo) a partir de simples nociones totalmente estáticas e inmutables.

¿Qué crees tú? Piénsalo un rato.

La teoría pitagórica del Número se aplica también al arte, a la producción de cosas bellas. Para un pitagórico lo bello es lo que cumple una buena proporción y orden, lo que se atiene a normas matemáticas muy simples. Buscad, por ejemplo, información sobre la Proporción Aúrea.

¿Crees que lo bello tiene una relación directa con la proporción y los números? ¿No son bellas algunas obras que muestran lo informe, como las de la última época de Goya o los Simpson?

Por supuesto el número principal era el Uno, al que consideraban el primero de los dioses y el elemento formal de todo el cosmos. Desde luego toda cosa tiene unidad, y sin unidad ninguna cosa tiene identidad. Por tanto lo Uno está en todas partes, aunque no está en ninguna en estado puro, porque en todos los seres está mezclado con otras características. El Uno puro está fuera de todas las cosas, como Dios.

El Dos era, claro está, el segundo en importancia. Lo llamaban la “madre” o matriz, porque el par sirve para duplicar cualquier cosa. Era, pues, el elemento material, que junto con lo Uno, daba lugar a todas las demás cosas.

Un número muy importante era la Década (el Diez), que era la suma de los cuatro primeros números (1+2+3+4). A este número lo llamaban la Tetractys, y se dice que juraban por ella (tan sagrada la creían –aunque a algunos dioses no les gusta que juren por ellos-).




La otra parte de su enseñanza era que el Alma es inmortal y se reencarna en otros cuerpos. (Esta enseñanza también la sostienen los hindúes, y puede ser que haya habido alguna influencia hindú en la enseñanza de Pitágoras).

3 comentarios:

  1. Hola!
    Pues a ver, yo creo, bueno me parece muy complicado pensar que cuando pitagoras decía que todo es numero, un numero, estuviese reduciendo ese todo a lo más sencillo es decir solo lo que es el número.
    Es decir, se supone que para él los números eran algo sagrado y por lo tanto cada uno era un concepto,una idea..creo... Porque veo muy difícil que pitagoras pudiese reducirlo todo al 1. Porque entonces que seria el 1?,que significado tiene?representativo?solo?
    En cuanto a lo de la belleza...Creo que siiii, no todo lo perfecto es bello.
    Es decir cuando te fijas en la cara de una persona, en las flores, etc lo primero que te dicen es que para que esa cara o esa flor sea bella tiene que ser en cierto (y mucho) grado simétrica un lado de la cara/flor con el otro.
    Pero yo no creo que sea así, pienso mejor dicho que es cuestión de armonía es decir aun que una cara no sea completamente simétrica pero haya una gran armonía entre las dos partes, pues sera bonita también, incluso más que la simétrica del todo. Es más si una cara simétrica supuestamente bonita no tiene armonía, para mi que sera fea y todo.
    Y bueno, aun que tu digas que hay cosas que no son simétricas como las pinturas de Goya, en su fondo creo que también tienen cierta armonía y simetría, ademas de que la diferencia también las puede hacer bellas.
    no?

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  2. Anais,
    es que los pitagóricos te darían la razón en que la armonía entre las partes es más importante que la pura simetría. Además, la belleza no es sólo la belleza más aparente: hay una armonía "interior", más difícil de ver u oír, porque hay que verla con la inteligencia, y que es mucho más importante. Nuestro problema es que nos fijamos en la belleza más exterior y aparente, que a veces disimula la verdadera fealdad.

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  3. Puede ser que la realidad, el "todo" solo sea números, pero esos números son algo más en conjunto, pero puede ser que en ese caso, ese "algomás" sea la estructura del conjunto (tamién matemática).
    En cuanto a lo bello, creo que también es algo interesante de lo que hablar. Puede ser que en un cuadro no veamos esa estructura matemática (relacionada con conceptos simples) sinó que sencillamente nos recuerde a algo que si cumpla los requisitos y de ahí que algunas cosas sean bellas para unos y feas para otros, todo depende del repertorio de recuerdos del que dispongas y de su belleza.
    No me puedo enrollar más (tengo banales asuntos a los que atender).

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