-No des a la enseñanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza.
-¿Por qué?
-Porque no hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. El alma no conserva ningún conocimiento que haya entrado en ella por la fuerza.
-Cierto.
-No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo, para instruir a los niños; que se eduquen jugando, y así podrás también conocer mejor para qué está dotado cada uno de ellos.
(Platón)

viernes, 25 de enero de 2013

Doctor, ¿es maligno (mi Genio)? Descartes IV

Según Descartes la primera certeza es que yo existo. Esto nadie puede ponerlo en duda, pues para hacerlo tendría que pensar. La segunda es que existe un ser Perfecto (pues yo soy imperfecto y no puedo ser causa de esa idea, que es superior a la idea de mí mismo -y  puesto que toda idea necesita una causa real adecuada, es decir, más perfecta, pues de lo menos no puede provenir lo más-).
Una vez que sabemos que existe un ser perfecto y bondadoso, que no nos puede engañar, tenemos garantía de que todo lo que veamos evidente, es verdadero. Así que el Genio Maligno (que quería engañarme en todos mis pensamientos) no existe, o está bajo control del Genio Benigno todopoderoso o Dios.

Ahora bien, ¿Cómo de maligno puede ser un genio (un brujo, por ejemplo)?
¿Podría hacerme creer que existo, si en verdad no existo?
Descartes cree que no, porque eso es absurdo.
Pero, podría decirse, precisamente el gran poder del Genio sería tal vez hacer creer lo absurdo. ¿Cómo puedes estar seguro, tú, Descartes, de que tu lógica es correcta, y no ha sido creada por el mismo diablo? ¿O esto es impensable, que el mismo diablo te haga creer que existes sin existir, o que razonas y comprendes sin razonar ni comprender?

Si alguien como san Agustín estuviesen hablando con Descartes, quizás le diría que hizo mal por empezar por la certeza de sí mismo, en lugar de por la certeza de que le ha diseñado un ser bondadoso.

Y si estuviese ahí un ateo, más bien le diría a Descartes que, ya que no necesitó creer en un Dios bondadoso que no le engañase, para convencerse de que existía él mismo (Descartes) ¿por qué va a necesitar esa garantía para creer que es verdad todo lo demás que vea evidente?

¿Qué crees que contestaría Descartes a estas preguntas?
¿Es convincente alguna de estas posibles objeciones? ¿Cuál de ellas te lo parece más?

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